L A P I N T U R A
(Apropósito de la obra reciente de Mario García)
E S T Á S O B R E L A M E S A. 1999-2001
Francastel definió la pintura como una sucesión de manchas y líneas sobre el plano. Toda definición esencial se comporta como el diagnóstico del oráculo: el éxito depende de la interpretación acertada del equívoco enunciado. Aceptando que esto es así, el encargado de interpretar el paradigma es el pintor, que maneja reducidos instrumentos materiales, para establecer un puente, en términos sensitivos, entre la imaginación y la inhóspita superficie del soporte.
Este punto de partida es un referente teórico, que en la práctica se transforma en complejo. La veintena de obras que ahora expone Mario García, resumen de una intensa actividad, muestran las exigencias del trabajo artístico, para dotar de una densidad emocional y expresiva, a lo que pudiera pensarse como una actividadobvia, acumuladora de pinceladas sobre el plano del cuadro.
El pintor se debate entre sus deseos expresivo y unos recursos, de cuya capacidaz, él es el único responsable. Esa articulación registra las diversas fases emocionales de la experiencia, del planteamiento a la resolución; es decir, todas aquellas situaciones que acompañarán al pintor hasta encontrar un sentido satisfactorio a su actividad, aunque no existen garantías de una correspondencia o simetría entre aquello que lo motivó y el resultado final. Es cierto, sin embargo, que MarioGarcía, en este viaje pictórico, actúa sumando o restando, resaltando o negando, verificando factores vitales, que lo hacen sujeto activo, en cada momento de la experiencia. y no solo con decisiones que pudieran pensarse comopropiias de un pintor; por el contrario, losretos abiertos en la pintura contemporánea llevan a Mario García a desarrollar una intensa activad física en torno a su objeto, cuestionando su propia estabilidad vertical, o desafiando sucesivamente los resultados y los logros iniciales de su planteamiento, o, lo que es parecido, desencadenando una meditacón sobre el hecho mismo de pintar. Además de todo esto, el pintor dispone de un componente moral, que lo hace, no solo dueñode su desenvolvimiento, sino garante de la certeza del valor de una imagen que se genera en tiempo discontinuo.
Pudiera pensarse que los movimientos de maniobra que el pintor contemporáneo realiza para mostrar la vigencia de un lenguaje expresivo, tan delicado como la pintura, ha repercutido aligerando sus principios, y dejando en el camino algunas de sus cualidades, tales como el asunto o la estructura. Esto es una verdad relativa. Los esfuerzos renovadores de este lenguaje, desde hace ya siglo y medio, muestran que sus conquistas se ha basado en un debate sobre la pintura en sí misma , y desde luego, en un momento de culminación de procesos intelectuales complejos: la madurez delos principios de la óptica (impresionismo) o las teorías cuánticas (cubismo). La revolución impresionista, no abandonó el tema; se eligieron otros distintos, auténticos laboratorios donde experimentar los nuevos ideales perceptuales. Benévolo demuestra como el bulevar es el matraz donde se decanta la nueva visión: la latitud de la nueva vía diluye los elementos parietales, y su poco habitual longitud, hasta entonces, permite el descubrimiento de la atmósfera urbana, como materia luminosa y especulativa: una escena visualmente inestable, agudizada por la nueva relación de los elementos dinámicos del paisaje. En mi opinión, la opción contraria, espacios cerrados (un prostíbulo), o una mesa con objetos (un bodegón), serán los argumentos para producir rotundos cambios en el equilibrio de la pintura por parte del cubismo; de la caja inmensa y luminosa del bulevar, al interior de la casa; de la pureza de los tonos, a la reivindicación del negro. Los pintores empiezan cambiando de tema, y terminan por poner en crisis la percepción instituida.
No creo que a Mario García, como, en general, a la pintura de hoy día, le preocupe necesariamente asuntos relacionados con los tonos, o el manejo de sus leyes para un mejor rendimiento de los contrastes, la estructura o el asunto. Las conclusiones finales surgen dela aplicación de un método que afirma negando, o instituyendo lo expuesto inicialmente, siendo los resultados cromáticos y sus valores el resumen de un proceso derivado de la acción de pintar, realzando sus aspectos más físicos. Mario García debate la imagen, en los términos de un viaje, en el que la imaginación tantea, mediante instrumentos físicos, la posibilidad de verificación de un ideal, que se impone como síntesis elocuente.
Todo esto fui desgranando en mi interior, conforme el pintor mostraba su obra, aquella tarde de domingo que paséen su estudio.Sentado en un taburete, ocupando el eje longitudinal de la nave,frente al muro sobre el que pinta, asistí a un momento crucial, aunque muy avanzado, del destino de aquellas obras. Ahora finalizadas y seleccionas, muestran intactas, como la gráfica de un tacómetro, las distintas fases emocionales de la aventura. Sobre la mesa ubicada a mi izquierda perduran los rastros de la inspiración.
Julio Juste
PINTOR, FILÓSOFO Y ESCRITOR